Es una imagen que usa como soporte un muro o pared. Ha sido uno de los soportes más usuales de la historia del arte, también La piedra o el ladrillo.
Los murales pueden elaborarse con distintos métodos, como los métodos al fresco, o al seco en el cual la pintura se coloca sobre una pared seca. También se usó la encáustica, técnica que ya utilizaron los romanos, en la que los colores se disuelven en una mezcla de cera de abejas y resina y se aplican en caliente, quedando fijados en la pared al secarse. Igualmente, es posible pintar al temple sobre muros y paredes. En este caso hay que esperar a que el revoque esté seco. A principios del siglo veinte toma relevancia el acrílico como material de primer orden.
Suele tener una función decorativa, aunque también cumplió funciones didácticas.